Jorge Muzam
Arsenio "Cheñito" Parra, cantor popular, poeta y cronista del alma sanfabianina, de los días, estaciones y épocas de esta tierra tan rica en tradiciones, proezas e injusticias, nació el 16 de junio de 1935.
"Nací en mi cama, que era un cuero de oveja, que luego se viene en esa tonada "De cuando nací yo". Una tarde el 16 de junio, llovió, se tempestó, sacó un viento y otros temores y ahí, mi madre me trajo al mundo con tristeza y dolor; porque me tuvo sola, se sacó un delantal y me envolvió".
Cheñito recordaba así las narraciones de su madre acerca de su nacimiento. Ella era soltera y el abuelo materno no permitió que la abuela asistiera al parto de la joven. Llegó, por tanto, solo al mundo, "como la mala hierba".
Su madre se casó al poco tiempo y se marchó con su marido, dejando a Cheñito a cargo de sus abuelos maternos, Roberto Figueroa Riquelme y Silvia Muñoz.
Cheñito perdió la visión a los 7 años debido a la peste y a un accidente que afectó el globo ocular. Los entendidos de entonces le recomendaron remedios caseros como la grasa de eje de carreta, pero nada evitó que se oscureciera su vista para siempre.
Su niñez y juventud la vivió de fundo en fundo, realizando diversas tareas de campo. "A pesar de faltar la luz, nunca faltó cabeza", afirmaba. Con su padre no sentía lazo afectivo, pues nunca lo ayudó "ni con una chaucha".
Su talento musical se desarrolló tardíamente: "Como ya de 30 años aprendí a cantar. Pa' tomar fue pues que aprendí. Yo no cantaba, pero me sabía tonadas, así, cantaba a secas. Me costó aprender a tocar porque pa' tocar cueca yo ya soltaba la voz y la mano paraba igual no más seguía tocando... Tenía una guitarrita malaza, con cuatro cuerdas, y cuando pedían corríos le hacía falta otra cuerda. Tocaba en cualquier casa, pues habían hartas casas en ese fundo; doce pueblas, y cuando se juntaban las niñas de las doce pueblas pal 18 habían ramás, daban permiso, así, con veinticinco niñas en el fundo".
Cheñito tenía muchas canciones y tonadas. Ante cada suceso de la vida tenía una respuesta musical. Cantaba a la vida, al mañana, a la ecología, a Violeta Parra, a la injusticia social, al abuso patronal, a las trampas entre los vecinos, el robo del ganado y al conjunto de sabores y sinsabores de la vida cotidiana campestre. Molestaba a políticos, autoridades y levantados de raja y le gustaba entrometerse en el comidillo pueblerino con ácidos versos que lanzaba sin aviso en los escenarios donde era invitado.
Cheñito se las arreglaba muy bien en la vida cotidiana. Realizaba numerosas tareas para sobrevivir y proteger a su familia. Y de paso contaba a través de sus canciones la historia de una larga época sanfabianina, llena de luces y sombras, de amistad y desencuentro, como ha sido y será siempre la vida del hombre en comunidad.
Tonada de Cheñito (rescatada en la edición de La Voz de la Montaña de 1997)
Por esa calle viene una guitarra de plata,
las cuerdas vienen diciendo es el amor el que mata
ay me grita quien pudiera estar contigo un momento
estando los dos solitos ahí te diré lo que siento
La guitarra pide chicha
y las cuerdas aguardiente,
y el que la estaba tocando
pide una de quince a veinte
Y hasta la guitarra llora
estando el ma'ero vacío,
como no hey de llorar yo
cuando me quitan lo que es mío
Yo no quiero cantar más
porque me duelen los brazos,
porque no veo venir
la bandeja con los vasos
Los sectores del pueblo
San Fabián es la reliquia
de los que voy a nombrar
y está Trancura y El Palo
de saber me alegro tanto
que tenimos La Montaña
de vecina con Paso Ancho
tenimos al Estero Grande
dentro del manifestar
y no echemos al olvido
la escuela de Maitenal
estamos en el liceo
donde florece la hiedra
tenimos al estero de Piedra
que baja su manantial
trayendo el agua bendita
que da vida a San Fabián
la sombra del cerro Alico
y el barrio la ha de gozar
que tiene su linda aroma
de montaña natural
tenimos al sector Los Puquios
de donde se ve bien el sol
nombrando al Cajón de Lara
y también al Caracol
El contrabando
Señores voy a cantarle
con una voce muy lenta
porque les voy a gritar
lo que la gente me cuenta
se dice que en la Argentina
ya no queda na
porque los de San Fabián
la están trayendo hacia acá
se dice que en San Fabián
se vive del contrabando
yo no lo digo por todos
y del decirlo lo siento
que si han pasado en la manga
había de haber diez por ciento
el contrabado en el pueblo
y nadie lo ha terminao
porque es igual a la tiña
la que atormenta el ganao
han habido policías
y en el tiempo de la abundancia
haciéndose los dormíos
ganaban pa comprar casa
me contaban en la carta
que contara por aquí
que el jefe de la cuadrilla
es Miguel Marabolí
fácil sigue el contrabando
hay que aguantar los reproches
hay que hacer la noche día
y los días hacerlos noches
cuando están en el Salitre
para pasar pa Lumabia
se dicen unos a otros
pueda ser que bien los vaya
aquí ya termina el verso
entre los dones y espinas
que los hijos e culebrón
son liones en la Argentina
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Nota: Las palabras de Cheñito forman parte de una entrevista que le hizo Fernando Suárez Iluti para la edición de la revista La voz de la montaña de 2004.
La primera tonada fue recopilada por Divert Rivera Yévenes e incluida en la edición de La voz de la montaña de 1997.
Las siguientes tonadas fueron recopiladas por el investigador Emilio Santana en su proyecto: Ñuble: Historias de Canto y Vida.
La fotografía en blanco y negro acompaña la entrevista realizada por Fernando Suárez Iluti.
La fotografía en color forma parte de los archivos fotográficos de la señora Inés Garrido.
Las apreciaciones de la última parte de la crónica resumen el recuerdo de numerosos entrevistados que conocieron y valoraron a Cheñito.
Esta crónica forma parte de un esfuerzo de indagación y difusión de la vida y obra de Arsenio "Cheñito" Parra, que busca conferirle su merecido y prioritario lugar en la historia cultural sanfabianina y regional. Los nuevos antecedentes serán publicados próximamente en este mismo medio.
4 Comentarios
Personaje único e invitado especial a la Fiesta Folclórica y Cultural que se realizaba en febrero en Las Guardias. Solía andar por el polvoriento camino desde La Mortandad a San Fabián sin mas compañía que un bastón, salvando cualquier obstáculo, respondiendo saludos y reconociendo por la voz el nombre de cada vecino.Circula en el sector una "leyenda" que señala que un dia de verano de mucho calor una vecina y sus hijos se encontraban capeando el sol en la Vuelta de Los Aromos cuando escucharon venir a Cheño conversando con alguien. Pudieron ver que era acompañado por una pequeña niña vestida con ropajes color blanco que lo llevada de la mano y que al encontrarse con esa familia, la niña desapareció. La mujer le preguntó quien era su acompañante, respondiendo que él caminaba solo. Hace algún tiempo atrás recordando este suceso, la vecina aportó otro interesante dato; la niña que vieron tenía el rostro semi transparente.
ResponderEliminarHago esta publicación con el fin de aportar al propósito de esta crónica.
Le agradezco mucho su valioso aporte, don Pedro. La memoria la construimos en conjunto. Saludos cordiales.
EliminarQue bueno que han escrito mas sobre este personaje "juglar moderno" y de su rol como comunicador a través del arte musical y poético. Buen Trabajo. Fernando Suárez Ilufi
ResponderEliminarmuchísimas gracias.
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