Buses rurales presentes en la memoria emotiva de los sanfabianinos


Jorge Muzam

Tras compartir estas imágenes en nuestras redes, afloraron numerosos comentarios profundamente emotivos. Como si las ventanas de la memoria se abrieran de repente de manera colectiva. Será porque tantas personas pasaron parte de sus vidas a bordo de estos buses. Recorridos lentos entre San Fabián y San Carlos y sus intermedios, en caminos de tierra, con abundante polvo en verano y muy enlodados en invierno. Usualmente cargados con víveres en el contorno del asiento del chofer, junto a la puerta trasera y también en la parrilla del techo. Sacos de harina, afrecho, harinilla, frangollo, papas, porotos, choclos. Grandes zapallos. Numerosos chuicos. Jabas de cerveza. Canastos con huevos. Chivos balando su infortunio, gallinas y pavos amarrados de las patas, frazadas y mochilas de los mochileros que se adentraban en la cordillera. Sandías en verano. Sacos de carbón en invierno. Alguna cajita de mercadería. Y junto al chofer, la correspondencia, los periódicos y los recados. Por esto es conveniente resaltar también el rol de los choferes, habitualmente pacientes, amables e imbuidos de las costumbres y códigos de la gente campesina, Solían tener buena memoria, pues les hacían recurrentes encargos desde San Fabián o San Carlos. A veces la entrega de un paquete en cierta puebla, a veces un mensaje en papel, y en ocasiones solo un recado de palabra. Y los choferes cumplían con rigurosidad su encargo y sin cobrar nada a cambio.

De igual forma lo hacían los auxiliares, que junto con cobrar el pasaje asiento por asiento, incluso con el bus repleto, también las hacían de recaderos a la par que cargaban y descargaban los pesados bultos que transportaban los pasajeros.

La vida comunitaria y el desarrollo mismo de San Fabián ha estado muy vinculado a sus medios de transporte. Han tenido un rol muy importante en la educación de nuestra gente, pues muchos estudiantes viajaban, diaria o semanalmente, en estos buses para acceder a los liceos de San Carlos y Chillán y también a la educación superior. Igualmente fue beneficioso para los pequeños comerciantes que llevaban su producción en canastos o sacos para transar con los conchenchos de la feria sancarlina. Y qué decir de los pequeños grandes trámites que ocupaban todo el día. 

Durante varias décadas el horario fue más o menos el siguiente:

Lunes a sábado: 

San Fabián a San Carlos: 7, 8 y 14 horas

San Carlos a San Fabián: 11, 16 y 17 horas

Domingo: Salía un bus desde San Fabián a las 5:30 de la mañana y regresaba a las 8 desde San Carlos. 
En la tarde salía desde el pueblo a las 17 horas y regresaba a las 19. Solía llevar principalmente estudiantes y funcionarios durante el año. Y visitantes en el verano.

Las fotografías 1 y 2 fueron compartidas a nuestras redes por Claudia Jacqueline Méndez Aguayo, hija del chofer Claudio Méndez, que aparece en la segunda imagen. A ella le enviamos nuestro saludo y agradecimiento.

La data aproximada de estas fotografías se ubica entre la década de los 80 y comienzos de los 90.

Junto a ellas queremos compartir dos fotografías que forman parte desde hace años del Archivo Fotográfico Patrimonial que lleva adelante la Corporación Alico y que recuerdan a otro de estos buses circulando por el camino aún de tierra entre San Carlos y San Fabián (aparentemente en el sector Los Monos)

La siguiente y última imagen muestra el recordado bus de Cachapoal, que muchas veces realizaba reemplazos y llegaba hasta San Fabián, y cuyo chofer era don Julio San Martin.







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