Jorge Muzam
Es tradición nunca cuestionada que nuestro emblemático cerro Alico sea significado en idioma mapuche como "agua caliente". No obstante, al explicarle el sentido original de esta palabra a niños, estudiantes o turistas, no encontramos base para sustentar tal acepción, ya que en tal cerro no hay agua ni menos agua caliente.
No podemos desconocer que la población originaria que habitó estos territorios durante miles de años fue dinámica en sus desplazamientos y en su composición, sujeta permanentemente a préstamos e influencias lingüisticas. De esta forma, existe la posibilidad de que el nombre del cerro aludido se haya popularizado desde el lado argentino, con las influencias lingüísticas y matices propios de ese lado de los Andes.
Lo que hoy es San Fabián, antes llamado Boquete de Alico, o Gulara, fue históricamente una especie de importante carretera comercial y cultural entre ambos lados de los Andes. Al ser tan importante podemos conjeturar que hubo permanentes intentos por controlar el paso, como ejercicio de poder y enriquecimiento, por parte de caciques, capitanejos, comerciantes, contrabandistas y forajidos de la más variada índole. Tierra por tanto, salvaje, violenta y codiciada, lo que inevitablemente marcó el carácter profundo de los hombres y mujeres que permanecieron en ella y generaron descendencia.
Consideremos que la montaña, a la vez que cautiva y solemniza el espíritu, también sirve como refugio, albergue, guarida o vía de escape, para quien no quiera ser visto o atrapado. Por eso fue zona tan difícil de controlar para los Estados de ambos lados de los Andes.
Imaginemos a quienes visitaban el valle hace trescientos o más años. Había que arribar con precaución, porque era territorio de tránsito, intercambio o disputa entre diferentes grupos originarios, principalmente nómades, aunque abiertos a intercambiar bienes y recibir influencias de los grupos abajinos. Llegar al valle, descender desde el cerro o montaña que fuese, inplicaba deslumbrarse con la fértil belleza de un lugar idílico, y en medio de ella, como una columna vertebral, veíase descender el largo, serpenteante y brilloso río Ñuble. Entonces cómo no destacar esta característica geográfica, considerando que tanto el idioma mapuche como el de otros pueblos originarios está plagado de denominaciones que nacen de un profundo sorprendimiento poético.
Probablemente por la ubicación del cerro Alico, por su caracteristica de gran torreón central propicio para la vigilancia y el control del valle, fue que terminó recibiendo el nombre genérico que condensaba la impresión que causaba llegar a este lugar.
Lo que está claro es que agua caliente nunca hubo ni habrá en el cerro Alico. Que las supuestas leyendas indígenas que le darían consistencia a esta opción de significado, fueron inventadas en los años 60, ya que no hay registros previos.
Por otro lado, las palabras también van experimentando cambios en el tiempo, por el uso coloquial, por la simplificación, por la facilidad de pronunciación. Visto así, podemos poner en tabla la palabra Ailinko, que significa TRANSPARENTE, según lo consigna el Diccionario Mapudungun-Español, de Dióscoro Navarro Díaz. De esta forma, Alico pudo llamarse originalmente Ailinko, resaltando quizá la condición de las aguas del valle.
Y para concluir esta disquisición, dejaré para vuestra reflexión lo que al respecto escribió el destacado historiador, médico y escritor argentino, Dr. Gregorio Alvarez, en su obra: Neuquén, Historia, Geografía y Toponimia.
ALICO
Nombre con que se conoce el paso de Las Lagunas o Epu Lafquen del lado chileno. Proviene de: Ali/alu=brillante, blanco y Co=agua arroyo. Significa: Arroyo brillante. El paso, muy transitado desde tiempos inmemoriales como lo demuestran los numerosos petroglifos de las cercanías, conduce a San Fabián de Alico, lugar de devoción religiosa popular a San Sebastián. Por aquí pasaron dos grandes exploradores, Barros y Molina (1802 y 1804) y era el paso de las tropas de los Pincheira y del ejército chileno.
(Neuquén, Historia, Geografía y Toponimia, del Dr. Gregorio Alvarez)
Fotografía superior: San Fabián desde la cumbre del Alico. © Miguel Ortiz Higuera
1 Comentarios
Hay toponimias de origen indígena cuyos significados son imposibles de rastrear, debido a la deformación fonética a través del tiempo (desde las décadas hasta los siglos). En otras toponimias, la deformación fonética del paso del idioma mapuche al castellano el vocablo original no fue lo suficientemente deformado y en ese caso, se pueden hacer algunas especulaciones; siempre especulaciones, porque los que hablaban la lengua indígena en esa zona y en muchas otras, se extinguieron y se diluyeron biológica y culturalmente, lo que cierra la posibilidad de hacer la consulta en el campo. Da la impresión que generalmente, esa palabra ya sin significado que acompaña a los nombres de los lugares al final del enunciado, hubiese sido el nombre dado a los sitios desde la lengua indígena: ahí encontramos San Carlos de "Itihue", Parral de "Huenutil", San José de la "Mariquina", o San Fabián de "Alico". Nótese los nombres de santos apellidados por una palabra de origen indígena. En el tenor de la especulación, "Alico" pudiese haber sido simplemente, algo así como "Alhü Ko", donde "Alhü" es un adverbio de cantidad (mucho, mucha, bastante, etc.), y "ko" que significa "agua". La "lh" (escrito en el alfabeto mapuche "azümchefe" del año 2003), es un sonido descrito como una "L" interdental, o sea, que se pronuncia con la punta de la lengua entre los dientes, a diferencia de la "L" acostumbrada en castellano, donde la punta de la lengua se coloca en el paladar. El idioma mapuche tiene ambas "L", solo que con el proceso actual de pérdida progresiva del idioma, el sonido interdental se ha ido perdiendo en una proporción importante en los hablantes nativos que aún persisten en zonas que permanecieron al margen del estado chileno hasta la consolidación de la conquista u, "Ocupación de la Araucanía"; valga la redundancia, zonas de la región del Biobío, la Araucanía, Los Ríos, etc. Pese a ello, algunos hablantes mantienen aún ese sonido vigente en su expresión. Por otra parte en la palabra "Alhü", la "ü" es un sonido vocal, conocido en los círculos de estudios del idioma mapuche como "la sexta vocal mapuche". Se estiran los labios pronunciando una "i" y entonces se pone la punta de la lengua en el paladar, produciéndose el sonido de esta vocal mapuche. Una vez se adquiere costumbre en su sonido no es necesario poner la punta de la lengua en el paladar. Dicho sonido al pasar al castellano y ser deformado generalmente termina en "i" o "u". Desde la cuarta región hasta Chiloé existen muchísimas toponimias originadas en el idioma que hoy conocemos como "mapudungun" (que escribiríamos "mapuzugun" usando el alfabeto azümchefe). Algunas "especulaciones" respecto a algunas toponimias de la octava región:
ResponderEliminar*Antuco > Antü Ko (sol agua, literalmente)
*Rucapequén > Ruka Pekeñ (casa búho, literalmente). El "pekeñ" es un tipo de búho.
*Curanilahue > Kura Gilawe (piedra vado, literalmente)
*Coihueco > Koywe Ko ("coihue" agua, literalmente)
*Quilaco > Küla Ko (el número "tres" o la "quila", y agua, literalmente). La región de la Araucanía está llena de zonas rurales de nombre "Quilaco".
*Loncopangue > Logko Pagi (cabeza y puma, literalmente)
*Ñanco > Ñamku (águila, literalmente)
*Tregualemu > Txewa Lemu (perro y bosque, literalmente)
*Trehuaco > Txewa Ko (perro y agua, literalmente)
*Rere > Rere (el pájaro carpintero)
*Tiuquilemu o Tiuquilemo > Txiwkü Lemu (triuque bosque, literalmente).
Se agradece la labor del blog y la publicación de la nota , y la intención de dejar registro de temas relacionados a San Fabián de Alico.
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