Estero Grande en llamas / Notas de San Fabián de Alico

Jorge Muzam

El humo se había adelantado varios días azulando el valle y enrareciendo el aire cordillerano habitualmente puro. Pero ayer arribó el fuego a nuestra comuna. Empezó en los monocultivos. Luego se desplazó al Corte, Mirador y Estero Grande. Un oasis de bosque nativo. Hogar de pudúes y tucúqueres. Pasadizo de zorros y pumas. El último pulmón de flora y fauna nativa hacia el oeste del poblado de San Fabián de Alico.

El contingencias así asoman los chiflados de la más diversa índole. Los sospechosos de siempre, los que obtienen ventajas monetarias incinerando el territorio, los extremistas políticos, los merodeadores nocturnos con bidones, los perdedores radicales descritos por Enzensberger, con sus reivindicaciones particularísimas y descabelladas, carentes de toda empatía hacia personas y naturaleza.

Vialidad ha cortado el camino. Las piedras al calentarse se parten y ruedan hasta la ruta. Las brigadas de emergencia y vecinos del sector trabajan incansablemente en su extinción con lo que tienen a mano. Pero es un incendio grande. Y el cerro siniestrado tiene características de cañón. Falta apoyo aéreo.

Al cortarse el camino principal, solo queda la ruta por Tres Esquinas de Cato cruzando el puente a Coihueco. Camino que avanza entre puras forestales. San Fabián de Alico carece de otras vías alternativas de emergencia. Quizá se podría reactivar la antigua ruta de Los Canelos, que iba por El Valiente y salía en Los Monos, y que se usó hasta 1955, cuando se construyó la actual vía que bordea el río Ñuble.

El fuego se sigue acercando. La noche fue de dormir sobresaltado. La madrugada fue tétrica, particularmente en el sector La Vega, con ese resplandor agigantándose desde los cerros del oeste, como un ejército del infierno que sigue aniquilando sin misericordia lo poco que va quedando de naturaleza.

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Fotografía: Anyela López

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