Cristina Urrutia Sepúlveda, poeta y artista multidisciplinar de nuestra tierra

 

Jorge Muzam

Nació en "el apretado cinturón del valle central de Chile, en San Fabián de Alico, en el año 1925. Vivió su niñez en una casona aun enhiesta de la calle larga del entonces encantado e ingenuo pueblo, donde corrían por las callejuelas polvorientas de esos tiempos presurosos regueros, donde ella jugaba descalza". Así describe los comienzos de la artista, su hija Doris Duffau, en el libro Cristina Urrutia, una vida extraordinaria. Proyecto impulsado por la Corporación Municipal de Cultura de la Ilustre Municipalidad de San Carlos, financiado por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, convocatoria 2016, y desarrollado por Marlen Cartes, Daniel Sepúlveda y Doris Duffau.

En 171 páginas de acuciosa investigación se resume parte importante de la inquieta trayectoria de vida de esta gran artista de la región de Ñuble, y donde se destaca especialmente su prestigio como poeta, escultora, pintora y retratista.

Una parte significativa de su obra poética está vinculada emocionalmente a la tierra que la vio nacer, a sus montañas, a los ríos, al polvo de las calles. 

Uno de sus más sentidos poemas dedicado a su caballo Chirolo, estampa la contratapa de este bello libro patrimonial:

"Tenía apenas cuatro años

y ya nos íbamos por las cordilleras.

Hicimos pacto secreto, 

"Yo serte liviana y amable

tú, serme seguro y leal"...


Te dije:

Cuidaré de tu abrigo en montura y gualdrapa,

ni espuela ni huasca maltratarán tu cuerpo...

Pan trasnochado de mi faltriquera te daba

y manzanas silvestres.


A largas jornadas,

descansos largos te dije,

pero no quería bajarme de tu lomo, 

me iba haciendo de bronce.


Cuántas cruzadas juntos,

cuántos hitos conocidos.

En retribución a mi cariño

no te asustabas de los riscos,

ni me hacías payasadas 

de saltos sin aviso...


Una vez te encontré,

creyéndote perdido,

del otro lado del río,

y te grité a toda voz

y un relincho de alegría

fue tu expresión de cariño.

Hoy ya no te tengo,

debes perseguir descansos celestes, 

y hermosas pasturas

donde llenas tu vientre.


Te haré estatua de granito.

Espérame en el cielo,

sin montura ni rienda

sin espuelas ni apuro.


Guardo un mechón de tu crin,

Chirolo, 

cuánto me cuesta escribirte sin llorar...


Los temas de Cristina Urrutia son abarcadores, diversos, espontáneos, y dan cuenta de una larga vida creativa en muchas disciplinas. En poesía destaca la nostalgia por San Fabián de Alico, sus padres, el amor, la poesía misma, la lluvia, el puelche, el invierno, la cordillera, los fantasmas, la noche, los amigos.  

Uno de los poemas dedicado a su pueblo se titula:

Nostalgias de San Fabián 1990

Vedme aquí de nuevo

pueblo de la siesta larga...

A aspirarte en flor de aromo vengo

y a recordar mi primera azucena blanca

en la vieja iglesia...


Hice de aquel entonces

selladura de amor y tiempo.

Galopé por tus faldeos

en mi yegua "Lámpara"

desparramándose el viento en mis oídos...

Desde ese ayer ya ido,

me quedó el perfume

del boldo, del aromo

y el canelo florecido.

pellizqué las nalcas por la orilla del río

y entibié la carne del peumo en mi boca...


Allí supe que la primavera

puso el verso en mi camino

y a cabalgar en relámpagos

me enseñó el invierno,

ahí me hice espejo,

en las aguas del estero.


Jugué a ser parte de tu paisaje entero

al enmarcarme dentro de tu valle,

de rios, cordilleras y cerros, 

y en mi ensueño creo encontrar

aún frescas las huellas de mis pasos

por todos sus senderos.

Pueblo mío, por eso cada vez que vengo,

de mi infancia un retazo me llevo.

Hoy por tus aromos vine

y me voy aromada en un verso...









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