La última escalera / Notas de San Fabián de Alico


Jorge Muzam

Desde tiempos antiguos San Fabián de Alico contó con varias escaleras que buscaban facilitar el tránsito de los vecinos por las veredas del pueblo. Los abundantes desniveles del territorio ubicado a los pies de la cordillera obligaron a los planificadores comunales a ingeniárselas de distintos modos para contribuir a la calidad de vida de los pobladores y visitantes. De esta forma debieron priorizar tuberías bajo las esquinas que permitieran el paso de la abundante lluvia; veredas medianamente parejas que domesticaran el exceso de pedrerío, tosca, trumao y zarzamora; y finalmente las escaleras que dieron a los desniveles una apariencia más amable y urbana.

Probablemente una de las escaleras más altas era la que estaba al costado norte de calle 21 de Mayo, entre Carrera y Carlos Montané, junto al molino de la familia Lagos. Hoy, que se han aplanado y alineado la mayoría de las calles con sus respectivas veredas, cuesta imaginar esa alta vereda que para los que entonces éramos niños resultaba una delicia pues contemplábamos desde lo alto el paso de caballares, carretas y curaos.

La foto que da sentido a este breve escrito corresponde a la única escalera  que va quedando, y está en calle Independencia, al costado oriente de la Parroquia de San Fabián. Desde allí es posible divisar el Mercado Campesino y parte del cerro Malalcura, así como dejarse embriagar por el permanente rumor del esterito de aguas cristalinas que desciende de la cordillera para purificar la comuna.

Foto: Archivo Sanfabistán

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