Unidos ante una catástrofe


Jorge Muzam

Nos quedamos hasta la madrugada monitoreando el comportamiento del incendio en el cerro Alico.  A ratos se salía de madre y parecía una antorcha fúnebre, un gran Godzylla atacado por mil cañones. La tristeza y la preocupación nos embargaba a todos, porque es nuestro emblema montañoso, nuestra primera referencia de cada mañana, nuestro horizonte circular desde donde asoma el sol y la luna. 

La posibilidad de que salte el fuego al valle sigue latente. Todos los que pueden aportar están en sus puestos, haciendo cortafuegos, paleando, supliendo ante el agotamiento. Los que no pueden aportar con su cuerpo rezan al altísimo o piden a sus antepasados que intervengan desde la ribera de los espíritus.

La comunidad está unida. Hay razones de fondo. Pulsión de vida. Supervivencia de grupo. Amor por el territorio. 

Nota: Crónica y fotografía 2017.

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