Jorge Muzam
Son principalmente cachivaches. Ropa vieja, herramientas oxidadas, juguetes sin niño. Es el panorama que espera a quienes salen de misa, a los que buscan alguna novedad, un precio razonable, el repuesto preciso. La idea surgió en Facebook, de un sanfabianino cuyo nombre lamentablemente no recuerdo. Hacer una feria dominguera en el pueblo, rodeando la plaza inconclusa. Activar formas de comercio en un territorio laboralmente dificultoso, contribuir a la economía doméstica, a las escuálidas ollas de las estaciones frías. Todavía es pequeña, pero esperamos que crezca con el tiempo, que se diversifique y que Impuestos Internos no meta tanto sus narices y dedique sus esfuerzos a husmear las triquiñuelas del gran empresariado y no las microeconomías de subsistencia como la nuestra.
Hoy nos encontramos casualmente con Cholito que quería comprarse una polera apretada para realzar su excéntrico estilo. Intentó probársela pero la polera era muy chica y no le entraron los brazos. Finalmente desistió, tomó su canasto medicinal y se alejó a ofrecer sus productos. Cholito es el yerbatero del pueblo, doctor brujo de la paramela, un patrimonio andante, persona querida en quien algunos confían y otros catalogan de chamullento.
Nota: Crónica y fotografía 2016.
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