Tarde de trabajos de huerta. Los aromas me ensueñan y no siento el cansancio. El calor del sol de mediodía hasta las cinco me hace olvidar el invierno y agradezco que ya sea primavera. Mis compañeros de labores son los cuatro perros de la familia. En cada descanso me pongo a jugar con ellos. Son momentos de relajo, de olvido, de sueños dispersos. A esta hora recuerdo con anhelo lo hecho y ya quiero que llegue mañana. Mientras trabajaba me reía de cómo le hablo a los perros. Son chilenos y no reaccionan mucho a mis insultos argentinos para evitar que se porten mal. Los entiendo pero hay parte de mi que no quiero dejar ir, no quiero aculturarme del todo. Me reprocho en silencio cuando se me escapan muchos "po" y me resisto a usar las palabras guata, guagua, pololo y poto. Soy hija de Corrientes y criada por Buenos Aires, recientemente me tiene en custodia el Bíobío... así que soy la suma de las partes y por eso las retengo contra viento o puelche.
Fotografía: Lorena Ledesma.
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