Días de puelche


Lorena Ledesma

Hace tres días que sopla el Puelche. Me quejo por messenger y por wasap a la familia lejana. Una quejita insustancial con una breve descripción elemental e intuitiva del fenómeno climático. Me quejo del desasosiego que me provoca el sonido del viento, el frío que se cuela por las aberturas de la casa, por las flores de los árboles frutales que caen abruptamente. El problema soy yo. Mi espíritu tiene un clima y una temperatura ideal que no es precisamente una constante en esta región de Chile. Tras mi berrinche me alejo de mí, me acerco al fuego de la estufa, bebo un mate con poleo y lo observo corretear con el sartén en una mano y el tomate en la otra. Ya huele a almuerzo, huele a hogar. Se aquietan mis vientos quejumbrosos. Tatón se asoma y pide desayuno por la ventana.

Fotografía: Jorge Muzam

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