La inclemente lluvia de junio / Notas de San Fabián de Alico

Jorge Muzam

Cuatro días consecutivos de intensa lluvia bastaron para que los ríos Perquilauquén y Ñuble experimentaran una de las mayores crecidas de que se tenga memoria.

Numerosas familias en los bordes de ambos ríos fueron afectadas. De la misma forma, esteros y quebradas recuperaron su rugiente prestancia de antaño. Resurgieron cascadas y cursos de agua que no se veían desde hace décadas.

Sin duda que nadie esperaba tanta lluvia. Aun así San Fabián siguió funcionando. Los grupos de emergencia actuaron con diligencia, los servicios básicos de agua y electricidad no se interrumpieron en la mayoría de los sectores y numerosos vecinos autoorganizados salieron a prestar importante ayuda a las familias que presentaron mayores complicaciones. Solo la señal telefónica e internet mantuvieron persistentes altibajos.

La lluvia no decantó en ningún momento, llegando a transformar los cursos de agua en una especie de tsunami invertido que desde las montañas fue bajando como un monstruo turbio aliméntandose de afluentes y arrasando todo a su paso.

En asuntos de planificación urbana la historia parece tener escaso ascendiente,  como si lo que ha ocurrido tantas veces, por simple efecto de la arrogancia modernizadora, no fuese a ocurrir nunca más de la misma forma. Pero el progreso es sordo a estas razones, priorizando el cemento que tapona y obstruye, desviando cauces y edificando en laderas y bordes de río.

Los grandes temporales ocurren con esporadicidad cambiante. El promedio histórico dice que suelen ocurrir hasta quince temporales por década. Pero en los últimos años se han ido espaciando, hasta el punto de que no ocurría un gran temporal de lluvia desde el año 2006, y uno de los recuerdos más tristes de ese invierno fue cuando dos carabineros fueron arrastrados por la crecida del río Teno.

San Fabián de Alico siempre tuvo buen drenaje. El relieve con inclinación noreste a suroeste, genera un deslizamiento persistente de las aguas. Los planificadores originales del pueblo, comandados por el alcalde Guillermo Lagos Gutiérrez, sabían de esto y no ejecutaron obras que interrumpiesen el libre flujo. Por el contrario, la facilitaron a través de canalizaciones y tuberías que hoy ya no se distinguen.

Si recurrimos a la información que nos entrega la historia, comprobaremos que se han registrado 227 eventos de inundación fluvial en el período 1574-2012; el 71% de estas se asocian a eventos pluviales por precipitación frontal y convectiva, un 12% a procesos nivoglaciales; un 10% a procesos volcánicos y la menor proporción de crecidas fluviales de carácter catastrófico se vinculan a deslizamientos e intervenciones antrópicas. (1)

Si contemplamos solo los últimos 75 años, encontramos grandes inundaciones en 1948, 1957, 1965, 1972, 1978, 1982, 1984, 1987, 1993, 1997, 2000, 2002 y 2006. (2)

En el caso de San Fabián, las personas mayores suelen recordar el largo e inclemente invierno de 1972 que descargó lluvias abundantes, y que en un comienzo fueron muy bien recibidas dada la gran sequía que había comenzado en 1968. De la misma forma, en el imaginario de las personas mayores, persiste el recuerdo traspasado a través de la oralidad, de que una gran inundación se llevó el cementerio antiguo.

Otro aspecto interesante que se relaciona con la variabilidad climática es que entre 1978 y 1993 hubo muchas inundaciones, pues fue un periodo húmedo, o sea llovió más entre esos años. En cambio, a partir del 2006 hemos experimentado escasas inundaciones lo que ha generado descuidos, pues mucha gente piensa que “que ya no llueve como antes”, o simplemente porque la emergencia de la sequía focaliza la atención hacia la falta de agua.(3)

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(1) Una revisión de inundaciones fluviales en Chile, período 1574-2012: causas, recurrencia y efectos geográficos / Departamento de Geografía, Universidad de Concepción (Chile)

(2) INE

(3) Hoy se construye donde habrá inundaciones catastróficas ¿Por qué? José Luis Arumi, 4/2/2021 CiperChile.

Fotografías 1, 2 y 3: @ Francisco Abner Lara Villa

Fotografía 4: @ Lorena Romina Ledesma