Poemas sanfabianinos de Doris Duffau Urrutia / Notas literarias


Jorge Muzam

Doris Cynthia Duffau Urrutia nació en San Carlos el 6 de enero de 1950. Hija de Ivón Duffau y de Cristina Urrutia, artista multifacética y ex alcandesa y concejal de San Fabián de Alico. Nieta de Modesta Sepúlveda y de Arturo Urrutia Ibáñez, uno de los principales forjadores del comercio entre San Fabián de Alico, San Carlos y buena parte de la ex provincia (hoy región) de Ñuble.

Desde pequeña se vinculó al mundo artístico, siguiendo los pasos de su madre, quien le enseñó a desarrollar la creatividad artística a través de distintas disciplinas tales como la pintura, cerámica al horno y en frío, arreglos florales, artesanía en cuero, madera y yeso, murales y telas, para finalmente incursionar en la poesía y la dramaturgia como actriz, particularmente en la obra de teatro La pérgola de las flores.

Se presentó en exposiciones de artesanía a lo largo de Chile, en Argentina y en Miami. Al respecto, el profesor Ciro Larroucau Meriño cuenta en el diario San Carlos Online del 24 de mayo de 2019: "Su gusto se centraba en las obras manuales, especialmente en la mezcla de colores y tonalidades. Pensaba que la literatura le era difícil, no creía tener aptitudes para ella, pero su madre, amigos y el público que escuchaba sus poemas comenzaron a convencerla que tenía capacidades para crear una buena obra".

Este gusto por la poesía desembocó en la publicación de dos poemarios: Porfía (2018) y Porfía 2 (2019), y la llevó a ser una integrante entusiasta de la Sociedad Literaria y Cultural Entre Ríos de San Carlos.

Los temas de su poesía, esencialmente vitalista, fueron la familia, la vida, el amor, la naturaleza, la nostalgia por su infancia, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte y muy especialmente San Fabián de Alico, lugar de ríos y montañas que exaltaba su sensibilidad poética, tal como se aprecia en los poemas transcritos en este mismo artículo.

Profundamente vinculada a San Fabián de Alico, la poeta Doris Duffau Urrutia dedicó tres sentidos poemas a su amada tierra cordillerana, en su libro recopilatorio titulado Porfía (2018)

En ellos deja patente su desconsuelo por la pérdida de su nido cordillerano llamado Mallín Malal a causa de la expropiación por el embalse Punilla. En el siguiente poema se refiere al traslado de su sueño cordillerano al sector Maitenal, junto con sus enseres espirituales y sus recuerdos. En el tercer poema, titulado San Fabián, se refiere metafóricamente a todo lo que fue y en lo que, a sus ojos, se ha ido convirtiendo nuestro pueblo.

Primer poema: 


Mallín Malal (Lugar expropiado por construcción del embalse La Punilla) 2016


Mallín Malal, rincón amado,

te enquistaste en mí

como quintral porfiado;

Hoy estás sentenciado a muerte.

¿Cómo haré para nunca más viajarte

si tus caminos polvorientos forman parte de mí?


Jamás me cansé de escanciar tus fuentes

ni de tus tábanos de enero.

A la hora de la siesta larga y fresca,

solo runrunea el viento

y el balido de chivos hambrientos

mutilando follajes.

Ellos forman parte del paisaje, 

no respetan límites

ni conocen de avalladas.


Con tremendo esfuerzo

de jóvenes te inventamos,

fuiste naciendo tabla por tabla,

pétalo por pétalo mis amados jardines.

En aquel entonces

teníamos nuestras fuerzas intactas.

Hoy perdimos la lucha

que ni siquiera comenzamos

y lo poco que hicimos

fue como recoger agua en canasto.


El río serpentino acicateado por el puelche,

baja presuroso, majestuoso y libre

recién parido por la nieve y el deshielo,

extraños maltratarán sus aguas

abusando con deleite de su hombría.

Mi indefensa y frágil niña Punilla

tampoco sabe que llegarán a violarla.

Permanezco poblada de impotencia,

me siento tan pequeña, 

tan mínima

ante tan impía embestida.


¿Cómo proteger el río?

¿Cómo defender la flora y la fauna

que le arrebatarán su guarida?

¿Cómo salvar tantos fértiles nidos

cuando los inunde el agua?


Al mal llamado progreso,

más sordo que mármol a las quejas,

no le interesa el costo humano

menos les importa el daño a la naturaleza.

Son descarados y expertos

destructores de tejidos pretéritos,

porque solo aprendieron

a urdir inciertos mañanas.


Estoy llorando

escuchando las sinfonías

que compone el agua

bajando las cascadas

y el canto canoro del chucao

que canta en nuestra ventana.


Mallín Malal querido,

solo pensábamos abandonarte

cuando nuestra memoria

a nosotros mismos nos olvidara.

Pedazo de paraíso en la tierra,

en tu regazo solo se respira vida,

en tu regazo se olvida que existe la muerte.

En mi nariz permanecerá

el perfume del boldo

del laurel y del canelo florecido.

En mis ojos, el rojo del copihue

enredado en los raulíes

y en mis oídos, el amado canto de las aves.


Mallín Malal amado

nunca terminé de construirte,

siempre me faltó clavar una última tabla

ni me he bañado todavía en el agua más clara.

En mi jardín todavía no ha florecido

la azucena más bella y perfumada

y sin esperar nada

me despoja de ti el progreso

destrozándome las entrañas.


Paraíso amado,

Punilla de mis amores

¡Cómo te extrañaremos!

Va creciendo larga la angustia

que vamos arreando

en estos caminos recorridos

mil veces en todos estos años.


Mallín Malal, lugar encantado

¿Cómo te pude llegar a querer tanto?

¡Nunca, nunca tendrá para mí

ningún lugar en la tierra tu encanto!


***

Segundo poema:


La casa nueva (En Maitenal)


Amor mío, imaginemos

cómo será nuestra nueva casa

para mitigar un poco el dolor

que el progreso nos dejara.


Construiremos nuestro nido

a un palmo del cerro.

Veremos azulear la nieve

tan al lado nuestro

que casi la tocaremos.


Tendremos un metafórico jardín nuevo,

plantaremos

una mullida alfombra de helechos.

Abundarán las malvas

las rosas, jasmines y violetas granas.


Zumbarán los abejorros

libando su sustento.

Con nuestras fuerzas endebles

por el paso del tiempo,

enyugaremos al puelche

para que nos desordene el pelo.

Cegará nuestros ojos la nevada,

ofenderá nuestras narices

el olor a nuevo

Cantaremos a todo pulmón

al primer arrebol de la mañana.


Por la noche mirando

extasiados

la luminosa luna llena,

no evitaremos el instantáneo deseo

de pedir un imposible

a la fugaz estrella.


Nadie podrá impedirnos

que de nuestro amado nido arrebatado

nos llevemos los recuerdos,

como el del chucao que cantaba en la ventana,

de la música del agua cantarina

que danzando bajaba las cascadas.

Del amado chirrido de las lechuzas,

el balido de los chivos,

el de las tutas anunciando el aguacero

y la hermosa y arrulladora

sinfonía del río y del estero.


En nuestros ojos llevaremos

el orgulloso rojo de los copihues,

el verde de los robles y raulíes,

el blanco amarillento del canelo florecido.


Por las tardes frescas

saldremos a caminar tomados de la mano.

Al regreso,

nos arrollaremos al lado del fuego encendido

y así, 

amándonos más que antes

más que nunca,

esperaremos a que pase lento

nuestro último tiempo.


***

Tercer poema:


San Fabián


San Fabián querido

insisto en retener tu imagen

de pueblo antiguo,

de esa paz ensoñada

con las siestas largas bajo el aire fresco.


Pueblo amable, pueblo ingenuo

San Fabián de siempre,

San Fabián de todos, 

San Fabián de mi madre, de mis abuelos.


Pueblo de la calle larga y polvorienta,

ya no tienes golondrinas

ni alumbran las candelillas

ni corren por las acequias

tus antiguas aguas cristalinas.


Pueblo de la balsa encantada en el río

y del baño diario en el estero.

Ya nada es como era, 

no hay balsa en el río

y muy poca agua en el estero.


Hay un aura enrarecida,

al querido San Fabián

lo vistieron de progreso,

lo invadieron extranjeros, lo violaron,

perforaron sus entrañas,

enfierraron sus arterias

y sepultaron su ingenuidad

bajo rutas de cemento.


***


Imagen 1: Cordillera sanfabianina, sector Los Sauces (Archivo Sanfabistán)

Imagen 2: Contratapa del libro Porfía (Archivo Sanfabistán)

Imagen 3. Poeta Doris Duffau Urrutia ( Diario San Carlos Online)

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1 Comentarios

  1. Anónimo4/16/2024

    hola Doris me emociono mucho ver tu procedencia ya que regresaron a mi tantas historias de mi madre Olga Urrutia, Urrutia hija de Carlos Urrutia y Olga Urrutia siempre hablo de su amada abuela Modesta y su abuelo Arturo hace dos ano conocí a Ceferino Urrutia que vive en Las Ovejas y tiene su complejo de cabañas Mallín Malal mi madre también era poetisa sus historias quedaron siempre en mi corazon sono muchas veces poder conocer a cristina pero solo hablaban por teléfono estoy feliz de saber un poquito mas de Udes. muchos éxitos . Silvina Contrera Catamarca

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