Renato Soto Campos / Escultor en madera de San Fabián de Alico |
Jorge Muzam
El domingo 20 de marzo de 1988, el diario La Tercera publicó una nota sobre el artesano sanfabianino Renato Soto Campos. Se titulaba; Artesano confecciona monumento al arriero. Acompañaba la fotografía de don Renato una frase dicha por el mismo: "Estimo que un taller al aire libre, donde confeccionaré el arriero, será de trascendencia para el pueblo".
El resto de la nota dejaba constancia que el destacado artista estaba pidiendo los permisos municipales correspondientes para instalar la faena con vista al público, y especialmente a los turistas. Con visión y generosidad buscaba también que otros artesanos pudieran hacer lo mismo en sus respectivas especialidades, dándole al conjunto "el aspecto de un verdadero taller al aire libre", tal como dice la nota.
Don Renato Soto tenía planificado trabajar en un solo tronco de 2,5 metros de diámetro y tres de largo, para luego donar la obra al municipio de San Fabián de Alico.
Cinco años antes había realizado un trabajo similar en San Carlos, pero cuando la obra estaba casi lista, manos anónimas destruyeron parte de la estructura provocando el desaliento del escultor y la finalización de la faena.
"Es algo que quiero olvidar, y creo que en San Fabián, donde yo nací, sabrán comprender el esfuerzo y cuidarán este trabajo que es un regalo para todo el pueblo", afirmó en esa ocasión don Renato.
Un dato valioso que aporta la nota es que el escultor estaba en ese momento realizando un gran conjunto artesanal tallado en madera. Se trataba de una trilla a yegua, con alrededor de cuarenta figuras. Estarían representados los jinetes, los caballos corriendo sobre el pajar, la cantora, el asador de chivos, el abuelo tomando mate, los ebrios y los aventadores. Tendría unos diez metros de diámetro, incluyendo las carretas emparvadoras. "Es un trabajo que quiero llevar a alguna exposición en el futuro", explicó don Renato.
Desconocemos qué sucedió con ese monumental proyecto de don Renato Soto Campos, pero independientemente que haya sido terminado o no, creemos que debe existir al menos una parte en algún lugar. Y que cada pieza de ese proyecto, tal como el resto de su obra, es un patrimonio artístico de invaluable significado para nuestra comuna, región y país.
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