Georgina Alvarado Acevedo
Por aquí dejaré algunos antecedentes que hablan de la vida municipal de la comuna de San Fabián y el aporte de un hombre que llegó desde Gorbea a los trece años a San Carlos acompañado de su Sra. Madre doña Adela Gutiérrez. Me refiero a don Guillermo Lagos Gutiérrez.
Buscó trabajo y se empleó como dependiente en una tienda de la ciudad. Contrajo una enfermedad pulmonar y el médico le recomendó ir a vivir a San Fabián de Alico. Hacia allá emprendió rumbo siempre acompañado de su madre. En su nueva residencia también se empleó en una gran tienda -había dos-, al cabo de un año quiso volver a San Carlos pero su rebelde enfermedad reapareció. El médico tratante le recomendó nuevamente “Váyase a San Fabián, allí hay “microclima”.
En estas tierras mejoró definitivamente. Con 17 años contrae matrimonio con la hija de su empleador, un acaudalado agricultor y comerciante avecindado en San Carlos. Su matrimonio duró dos años y enviudó quedándole una hija, doña Rosa Lagos Concha. Su suegro le vende la tienda, formándose allí como un próspero comerciante. El comercio con Argentina era muy intenso: los “cuyanos” traían grasa, charqui y lana y desde San Fabián se surtían de víveres, vestuario, harina, arroz, etc. Esta clientela trasandina se iba en abril. Los largos y rigurosos inviernos les permitían volver en noviembre. Por esos años “la palabra empeñaba se respetaba” y si les faltaba el dinero “se les valía al fiado”, quedando registrada la deuda en un libro. No era infrecuente que a la vuelta de la temporada alguno de estos clientes había fallecido, entonces don Guillermo sobre el nombre del finado hacía una cruz y la deuda quedaba saldada. Como anécdota supe que este libro permanecía en El Molino hasta los años 90 cuando por un error involuntario de un trabajador terminó en una hoguera.
Con el correr de los tiempos llegó al pueblo la familia Assadi Amar, provenientes de Palestina. Entre los hijos venía la niña Jazmin quien contando entre 15 ó 17 años contrae matrimonio con Guillermo Lagos Gutiérrez teniendo una diferencia de treinta a treinta y tres años. De este matrimonio nacen siete hijos: tres mujeres y cuatro hombres.
Don Guillermo comenzo su vida como servidor público en el año 1915 como regidor. El municipio lo formaban cinco regidores y entre ellos se elegía el alcalde, cargo que cumplió desde 1924 a 1960, año que le sucede su hijo Sergio. En total don Guillermo sirvió 51 años a la comuna, de los cuales 36 los hizo como alcalde.
El municipio de entonces contaba con recursos muy precarios. Se pagaba el alumbrado público, cuya matriz era una turbina emplazada donde hoy está la piscina. En las calles del pueblo “se pegaban las carretas” ¡¿cómo se arreglaban las calles?!...con tosca y piedras y con las carretas del alcalde. En esos años se hizo la primera “arborización del pueblo” por todas las calles, se creó y diseñó la plaza, en 1952 se inauguró la primera piscina municipal de todo el Departamento, construida toda con pura “fuerza y pulso de hombre“. También se pagaba la Policía Municipal (Los Azules), eran hombres contratados por la municipalidad, se les dotaba de uniforme, carabina y caballo para que cuidaran el pueblo y salieran a perseguir cuatreros. Todos los inviernos el camino hacia San Carlos se cortaba en el sector del Estero Grande…. Hasta por aquí llegaré hoy.
He querido contar estos detalles porque siempre me ha llamado la atención que de estos primeros tiempos se sabe poco y las nuevas generaciones deben contar con información sobre la vida de esta bella comuna, y tengo el convencimiento que en gran parte se deba a la austeridad, sobriedad, ponderación y templanza de sus descendientes.
San Fabián de Alico, agosto de 2022.
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Imagen: Fotografia del matrimonio Lagos Assadi y sus hijos, el año 1948.
Sentados: Guillermo Lagos G. y Yesmin Assadi A.
De pie: Yesmin (Minsa), Guillerrmina (Mina), Guillermo (Memo) y Silvia (Chigua).
Junto a los padres: Sergio (Chejo) y Ramiro.
En las piernas de GLG: César.
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