Israel Gutiérrez Herrera, el pintor

Por Jorge Muzam

A un costado del hall del Liceo Jorge Alessandri Rodríguez se alza el mural más representativo de la comuna de San Fabián. Realizado en óleo sobre tela encolada a madera, de medidas: 3,27 x 4,40 metros, ocupa imponente la totalidad del lado derecho del hall. La obra gira en torno a dos figuras centrales de la cultura local: la cantora de Las Guardias, Carmen Garrido, y un joven arriero del sector Pichirrincón. Se suman ciertos simbolismos como un árbol expuesto al puelche, las manos rugosas de una mujer anciana, la figura de un animal tallado en madera, la gravilla de un estero, dos piedras indígenas, una hoja con un dibujo característico de Nicanor Parra, la madera antigua y gastada de una mesa, el rostro manso y sabio de la cantora y la mirada valiente y decidida del arriero que apuesta a ganarle a la vida. 

Al respecto, el pintor Israel Gutiérrez señala que la obra fue concebida con la intención de legar una imagen identitaria que traspasara las generaciones. Que cada niño y niña, cada joven, cada adulto, cada profesor o funcionario, reconociera esa obra como propia, como un recuerdo relacionado con el transcurrir de su propia vida. 

La obra forma parte del Proyecto San Fabián Arte Visual y Archivo de su Memoria Histórica. Fotografía-Video Documental-Pintura Mural, realizado por los artistas Israel Gutiérrez Herrera y Rafael Ruz Valencia, y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, convocatoria 2011.

Israel Gutiérrez se sintió desde pequeño atraído por San Fabián. Cada verano de su infancia se dejó caer sobre esta tierra fronteriza para recorrerla como un personaje de Rudyard Kipling. Se vistió de polvo, saltó alambradas, recorrió senderos, chapoteó en los esteros y se impregnó de la sabiduría de los viejos inmortales del valle.

Ya de adulto regresó para quedarse, sorteando inviernos y sequías, soledades y urgencias económicas. Decidido a no ser doblegado por ninguna circunstancia. Siempre anteponiendo San Fabián, su Arlés, su tierra prometida. 

Desde entonces ha consagrado más de una década creativa a plasmar pictóricamente la belleza sanfabianina. Montañas nevadas, esteros de piedras iridiscentes, lontananzas brumosas, y árboles, sobre todo árboles, nativos e impuestos, caducifolios y de hoja perenne, soleados y sombríos, quietos o sacudidos por la brisa, han quedado inmortalizados a través del pincel impresionista de este artista. Precedentes de su estilo quizá puedan encontrarse en las pinturas de Maurice de Vlaminck, Vincent Van Gogh y Emil Nolde. 

Cada verano, desde hace 9 años, el pintor realiza un taller al aire libre para aprendices de todas las edades. "San Fabián, Luz y Color" ha pasado a ser un sello cultural del territorio, convocando a sanfabianinos y visitantes, cautivándolos, abriéndoles la mirada a la exuberante belleza cordillerana. A la par de su taller, ha participado en numerosas exposiciones dentro y fuera de la comuna.

Su última gran hazaña fue traer desde el pasado la casa donde nacieron Violeta y Nicanor Parra en Las Guardias, revivir el viejo guindo que plantó el padre de los artistas, la cocina del puchero, la centenaria higuera, los cerros azulados que bordean el río Ñuble, y llevar ese paisaje extinto a la tela, convirtiéndolo en un espléndido óleo de dimensiones 2 x 1,60 metros. Una pintura monumental que estalla ante la mirada, que sobrecoge, que primaveriza el recuerdo, que inmortaliza ese rincón bendito donde nacieron dos astros de voz planetaria.

Foto: Archivo Sanfabistán.