Nuestra voz


Lorena Ledesma

Cuando estábamos con Jorge Muzam en Corrientes hicimos rabiar a más de uno. No tardamos en conseguirnos una buena conexión y participar en la realidad que nos rodeaba. Corrientes era un desastre estructural y lo sigue siendo, una hermosa provincia con inmenso potencial que no es capaz de salirse del modelo de patrón de fundo y que mendiga hasta lo que por derecho le pertenece. 

De aquellos días quedan varias notas que incluso fueron compartidas en medios internacionales y nos quedó un buen número de amigos y enemigos. Cuando arribamos a San Fabián, también nos propusimos ser parte de la realidad y comentar nuestra forma de ver esta parte del mundo. Él regresaba a su tierra natal, yo dejé atrás la mía. Sin embargo el compromiso era recíproco y la vocación de comunicar estaba intacta.

Nuestra voz en San Fabián se llamó Sanfabistán. Un juego de palabras que cuestioné inicialmente pero luego le reconocí travesura literaria. Allí están nuestras letras, nuestros comentarios y opiniones. Alguien podrá decir: no sé quienes son pero nuestros nombres están visibles y permanentes. Parte de la responsabilidad de escribir y opinar y, sobre todo, de informar, tiene que ver con la transparencia de sus locutores.

Fotografía: Portada de redes sociales 2017.

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