Jorge Muzam
En cierta ocasión, el escritor argentino Pablo Cingolani (que además es periodista, historiador, poeta, militante y explorador que lleva décadas defendiendo los derechos humanos de los pueblos indígenas en aislamiento de la Amazonía), deslizó un recuerdo sobre su paso por la localidad argentina de Las Ovejas.
Hace unos días le pedí que rememorara ese episodio de su vida. Esencialmente para generar literatura alusiva. Las Ovejas, Andacollo, Manzano Amargo, Varvarco, Chos Malal y todo el norte de Neuquén son nuestros hermanos del otro lado. Y como está resurgiendo un deseo creciente de hermanamiento, de reabrir un paso internacional y de restaurar antiguos lazos culturales y económicos, mi afán, como escritor, historiador y sanfabianino, es generar también una memoria conjunta.
He aquí la respuesta de Pablo Cingolani:
Jorge:
Buenísimo, valioso, necesario lo del hermanamiento entre los dos lados de la cordillera.
De mi viaje, te diré lo que recuerdo. Fuimos explorando en un carro –ni noticias cual era- con mi amigo Fabián Luna y su familia –su padre, que conducía, Leonel (QEPD) fue el gran mentor nuestro de ese tipo de experiencias –travesías, caminatas, campamentos, exploraciones, vida en la naturaleza.
Eran nuestros tiempos de explorar la Patagonia. Habíamos hecho mucha caminata, mucha montaña, por los lados del Parque Nacional Nahuel Huapi, y también habíamos estado bordeando Chile por el lado del paso Pérez Rosales, si mal no recuerdo. Una vuelta, combinamos alguna caminata con ese viaje al norte de Neuquén. Ruta 40. Recuerdo que entre Neuquén y Mendoza era la nada esos años, no había nada.
La cosa fue más o menos así, apelo sólo a mi memoria: recuerdo que atravesamos la cuesta de Rahue y ahí empezó ese Neuquén diferente al de los lagos y los bosques, era un Neuquén árido, muy agreste, muy desolado. Llegamos hasta Copahue, creo que allí dormimos. Luego, seguimos rumbeando al norte, pasamos por El Huecú y técnicamente, andábamos perdidos. No te cruzabas con nadie, ni movilidad, ni gente, esos años –sería 1979, 1980, por ahí, por esos lados. La cosa es que llegamos, de noche, y donde dormimos en el mismo carro, a un pueblo que al otro día averiguamos su nombre: era Chos Malal.
Cuando vos me empezaste a hablar de San Fabián de Alico, no pude evitarme ir a las mapas, y ver que efectivamente hay un paso, un vía, que saliendo de SFA llega por Las Ovejas, Andacollo, hasta Chos Malal. De ahí que, recuerdo, te dije habría que caminar esos lados, hacer el cruce, reencontrar esos pueblos. Yo vi que en la campaña de Almuna se habló de algo así.
Sería genial desarrollar un proyecto así, de hermanamiento. Yo del lado argentino, tengo contactos con la Universidad Nacional de Florencia Varela que, a su vez, tiene un convenio con la Universidad del Comahue, la neuquina, y que muy seguramente tiene laburo en la zona. Es cuestión de averiguar. También tengo contacto con los mapuches, pero ellos están en Neuquén Sur, por los lados de Villa La Angostura, o sea lejos. También en San Martín de los Andes vive un compañero que es miembro del Consejo de la Justicia y la Paz del Vaticano, un ente creado por el Papa Francisco para luchar contra la exclusión social.
¿Por qué no te imaginás algo? Además, ahora que Lorena anda metida en las esferas del municipio, con Almuna se podría armar alguna cosa. El encuentro de escritores, puede ser una punta. Bosquejá algún proyecto y yo lo puedo hablar con la gente de la UNAJ, con la gente del Centro de Política y Territorio que son compañeros míos. A través de ellos, como te decía, se le puede caer al Comahue.
Creo que el 2017 se pinta mejor, así que será momento de regresar a los caminos!!! Hay que ir a San Fabián de Alico!!!
Bueno, aprovecho a desearles buen año!!!! Ya nos encontraremos!!!
Te mando un abrazo fuerte y esperanzador
Pablo
Foto: Recurso web.
0 Comentarios
Déjanos tu opinión y síguenos en Facebook, Instagram, Twitter y TikTok!