Mi ofrenda al Malalcura



A tus nieves que labra el puelche
Y ese sereno heroísmo de tus hijos
Los vecinos de San Fabián
Más no cualquier San Fabián
Sino San Fabián de Alico

A tus piedras que son mis piedras
Porque somos un solo pueblo
Y una sola e inmemorial es la cordillera
De los Andes a los Andes
Y de los Andes hasta la eternidad

A tus vertientes de agua indomable
Clara e indomable, libre, sin ataduras
Como son tus hijos
Los hermanos, los vecinos, mis cumpas
De ese Chile, de ese San Fabián de Alico

Te invoco Malalcura, te ofrendo y te venero, mi cerro
Te abrazo y te siento aquí, a mi lado, adentro
Tan adentro como la siento a Enedina, al Jorge y a la Lorena
Cuídamelos, protegelos, que ningún cuco les caiga
Ni daño alguno padezcan

El día que yo te vea, el día que acaricie tu nieve
Ese día, cantaremos todos juntos y en ofrenda
Por esa sagrada hermandad que sólo la piedra acuna
Por esa misma protección que te pido, con humildad
Porque van quedando pocos buenos en el mundo
Y vos sabés, y lo sabès mejor que yo, mi montaña amada
Que a los buenos de corazón hay que cuidarlos
Que a los seres de buena fe hay que quererlos
Como sólo puede querer una montaña
Como sólo vos podés quererlos
Vos que hablás con el destino, con las estrellas, con la luz del sol.


Pablo Cingolani
Río Abajo, Andes de Bolivia, 26 de octubre de 2016


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Pablo Cingolani (Argentina, 1963)

Escritor argentino, historiador, periodista, explorador, radicado en Bolivia desde hace más de dos décadas. Sus escritos causan polémica y siempre le traen problemas. Publicó algunos libros, aunque su obra está dispersa y la mayor parte, inédita. Vive alejado, en un valle seco de las afueras de La Paz. Trabaja en la Amazonia defendiendo derechos humanos, de manera especial de los pueblos indígenas en aislamiento, es decir los pueblos que no quieren saber de nosotros.

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