El pájaro pintado / Notas literarias

 

Jorge Muzam

Seguimos leyendo en voz alta a Kosinski. Damos vuelta hoja tras hoja entre mates amargos y tortillas argentinas. Las tardes de diciembre son tan largas que se entroncan con la madrugada. A las diez de la noche se acaba el ruido de los vehículos y la calle queda desierta. A lo lejos los queltehues saludan a los primeros conejos que salen de sus madrigueras. Nos sentamos junto a una acequia a oler la hierba humedecida con rocío. Desde el otro lado de la ligustrina llega el aliento de rosas adormecidas y calas crepusculares. Algunas hormigas se encaraman a través de nuestras sandalias. Masticamos en silencio la amarga belleza de algunos capítulos leídos con la última luz de la jornada. A nuestro lado sólo perdura el murmullo del agua cristalina bajando desde las montañas.

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