San Fabián de Alico es hermoso todo el año. Cada estación nos depara sensaciones distintas, tonalidades arbóreas que mutan de verdes a amarillos intensos, aromas de plantas y chivos que se van mezclando de formas caprichosas, brisa que baja de la cordillera trayendo telegramas de cóndores impasibles, murmullo de esteros cobijando truchas asustadizas, humo de cocinas ancestrales que nos hacen imaginar deliciosas tortillas de rescoldo, porotos granados o portentosas cazuelas preparándose en su interior. Es San Fabián de Alico, un valle de ensueño, una Mesopotamia mítica y fecunda ubicada entre el Ñuble y el Perquilauquén.
Texto: Jorge Muzam
Fotografía: Archivo Sanfabistán
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