Jorge Muzam
Las bondades de esta hermosa tierra cordillerana no desaparecen con la finalización del verano. El otoño trae temperaturas templadas, abundante fruta y mutación de colores. También trae silencio y brisa suave. Posibilidad de reencontrarse consigo mismo a la orilla del río Ñuble bebiendo mate y contemplando el chapoteo de los patos silvestres.
A medida que se intensifica el frío, las árboles caducifolios quedan desnudos, y los de hoja perenne persisten en albergar hojas de llovizna.
Es posible adentrarse hasta los parajes de Trabuncura, La Balsa, Los Puquios o Pichirrincón, contemplar la majestuosidad de las montañas espolvoreadas de nieve, señoriales cóndores vigilando las absurdas proezas de los hombres.
Dónde dormir? Cientos de cabañas perfectamente equipadas en medio de distintos parajes cordilleranos esperan ser disfrutadas. Calefacción garantizada. Conexión o desconexión con el mundo. Cada uno busca algo distinto. Lo importante es que al alzar la mirada siempre estarán las montañas embriagándonos de felicidad admirativa.
Y dónde comer? Cazuelas siempre habrá en la mesa de los restoranes sanfabianinos. Cazuelas de pava con chuchoca, de vacuno, de chivo. Lentejas con longaniza. Una porotada rokhiana. Pollos y estofados a la orden. Dulzor venezolano en calle Independencia. Las sabrosas fajitas de don Francisco Alvarado en calle Andes. Tortillas de rescoldo de la señora Flor. Sopaipilllas a punto de la señora María. Picarones y chilenitos. Asado de chivo en el Fogón del Tenco. Sonrisas amables en el Pino Alto. Café y cultura en Cuna de Parras. Y en el Mercado Campesino, todas las delicias en conserva que producen las cultoras gastronómicas de nuestra tierra. Harina de avellanas, mermeladas de rosa mosqueta, miel pura, café de trigo, changle en escabeche y un sinnúmero de inigualables exquisiteces elaborados con el cariño y la exclusividad del sello sanfabianino.
Y qué más? Para quienes busquen más que silencio y contemplación, hay bajadas en rafting, cabalgatas, discoteque, Casa de la Cultura y mucha gente amable que ante cualquier pregunta esbozará las numerosas bondades de vivir en este mágico territorio fronterizo de la región de Ñuble.
Desde San Fabián solo pedimos respeto por nuestro territorio, por nuestra gente, por nuestra flora y fauna. Por nuestros esteros, ríos y montañas. Conducir con precaución, a baja velocidad. Saludar siempre, con amabilidad, tal como lo hacemos nosotros. Comprar en nuestros mercados, almacenes y supermercados, y no dejar basura en medio de la naturaleza. No dejar nunca plásticos, envases o botellas. Porque hacerlo es un atentado deleznable contra este santuario de la naturaleza, contra esta privilegiada reserva de la biósfera que debiéramos proteger entre todos.
Foto: Archivo Sanfabistán.
2 Comentarios
Que maravillosa tierra la de San Fabian y que hermosa forma de describirlo, saludos.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso desde estas tierras enmontañadas.
EliminarDéjanos tu opinión y síguenos en Facebook, Instagram, Twitter y TikTok!