La última gran erupción del volcán Chillán / Memorias de Ñuble


Jorge Muzam

"El 2 de agosto de 1861 los habitantes de Ñuble fueron despertados por un pequeño temblor i los ruidos que anunciaban la nueva erupción". Así comienza el relato del destacado geólogo francés Amado Pissis, autor de la Geografía física de la República de Chile (1875), acerca de la gran erupción del volcán Chillán ocurrida ese año. 

Fue publicado originalmente en el diario El Ferrocarril de Santiago, el 19 de febrero de 1864, y reproducido por el diario El Porvenir de Chillán el 29 de febrero de ese mismo año. 

Sigue narrando Pissis: "al mismo tiempo el aire se puso mui opaco i se notó que las hojas de los árboles como el suelo i los edificios se cubrian de un polvo mui delgado i de un color ceniciento. Esta era la parte mas liviana de una inmensa columna de arena i piedras que el nuevo respiradero proyectaba a una grande altura.  Mientras el viento trasportaba asi hasta una distancia de mas de doce leguas la parte mas delgada de esta pesa columna, las escorias al caer cerca de la boca i sobre el hielo daban lugar a la formacion de un cerro cónico cuyas dimensiones fueron creciendo rápidamente hasta el fin de octubre; con todo era de presumir que este cerro sentado sobre el hielo i que encerraba el fuego en su centro no podria permanecer mucho tiempo sobre una base tan fusible i que un dia u otro esta le faltaria. Fué exactamente lo que acontecio en los primeros dias de noviembre; un gran trozo del banco de hielo se precipito en la quebrada de Santa Jertrudis junto con la mayor parte del cono de escorias, i esta inmensa avalancha se dirijio hacia el rio Ñuble llevando todo lo que encontraba en su camino i esta masa compuesta de hielo, troncos de árboles y escorias revueltos llego hasta el rio i despues de haber estancado las aguas durante algunas horas, causo la grande avenida de 1861.

Cuando recorrimos la quebrada de Santa Jertrudis en los primeros dias de febrero de 1862, el fondo de esta quebrada cubierta antes por bosques casi impenetrables, no presentaba mas que un largo plan inclinado, sin vejetacion i compuesto por escorias i trozos de rocas que envolvian numerosos troncos de árboles. El volcan seguia siempre en erupcion i como la parte del cono que hacia frente a la quebrada habia desaparecido, se podia ver hasta el interior del cráter el cual presentaba una larga grieta por donde salian la lava i las materias proyectadas. Las proyecciones no se hacian entonces de un modo continuo sino por intervalos de 18 a 20 minutos, i cada una de ellas era seguida de una esplocion parecida a una descarga de artilleria. Las materias proyectadas sin alcanzar la misma altura que al principio de la erupcion, subian todavia a mas de 600 metros arriba de la boca. Durante la noche, estas columnas parecian tolas encendidas i se veia al mismo tiempo la corriente de lava, la cual al salir de la parte inferior de la grieta, se dividia en dos brazos que se dirijian hacia la parte inferior del ventisquero donde formaba una espesa columna de vapor. Estas i las materias proyectadas eran las dos columnas tan distintas por el color que se veían desde la ciudad de Chillan: la una punicamente formada por el vapor del agua, la otra compuesta de materias sólidas i candentes. Tales son los principales fenómenos que ha presentado la última erupcion del volcán de Chillan; pues ha tenido antes muchas otras que se refieren a épocas mui remotas.

He visto que se hablaba de un camino carretero i hasta de la posibilidad de un ferrocarril en la quebrada de Santa Jertrudis; hai sin duda en esto alguna equivocacion; el tal camino no existe ni tendria objeto puesto que esta quebrada que nace al pie de los cerros escarpados que sirven de base al volcan de Chillan no tiene salida por ninguna parte; sin duda que se ha querido hablar del camino que sigue la orilla derecha del Ñuble i conduce a las provincias arjentinas, el cual podria fácilmente transformarse en un camino carretero; por lo que toca a ferrocarril, creo que si es posible, no tiene objeto por ahora, puesto que la parte de las provincias trasandinas que pondría en comunicacion con Chile son casi desiertas i solo habitadas por unos pocos pehuenches.

Amado Pissis

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Nota: Los párrafos que están en cursiva fueron transcritos tal como aparecen en los medios originales, respetando íntegramente las formas de escritura de la época. 

Hemos considerado conveniente reproducir el inserto de Pissis casi en su totalidad, por considerarlo un documento relevante para la construcción de la memoria histórica de la región de Ñuble.

Imagen: Volcán de Chillán, Chile, 1863. Acuarela sobre papel. A.Pissis. Geografía física de la República de Chile (1875) Amadeo Pissis.

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