Prepararse para los meses fríos / Notas de San Fabián de Alico


Jorge Muzam

La gente se preparaba para los meses fríos. Labor habitual, necesaria, dada la crudeza de las estaciones frías en San Fabián de Alico. Así se había hecho por generaciones. Leña y carbón suficiente para que fogón y brasero nunca se apaguen. Víveres esenciales para la subsistencia. Harina, azúcar, yerba, café de trigo, legumbres, papas, cebollas de guarda, alguna bebida espirituosa, velas para la noche y también para honrar a los muertos. Trigo, maíz o frangollo para las aves; afrecho para los cerdos, y fardos, muchos fardos para el largo invierno de ovejas, vacunos y caballares. Muchas veces no alcanzaba para casi nada de lo anterior y solo quedaba sobrevivir a medio morir saltando. En dignidad y silencio.

Luego quedaba oír silbar el viento en las cortas tardes de mayo o junio. Levantarse con noche a poner la tetera. Compartir una tortilla untada con huevos fritos. Mirar el fogón recordando tiempos mejores y también pensando en futuros inciertos. El humo del fogón irritaba los ojos, dificultaba la respiración y por eso se carraspeaba. Todos carraspeábamos, mañana, tarde y noche. Hasta que el sol de septiembre asomaba y volvíamos a limpiar pulmones con el aire cordillerano.

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Fotografía © Jorge Muzam